La maleta perfecta: resumen del verano 2017

Seguro que también llevas toda la semana oyendo que el verano se acaba, que vuelve septiembre y que toca retomar las rutinas. Y si no es así, siento ser yo la primera que lo diga. Pero bueno. Suspiremos hondo una vez y sigamos con lo nuestro.

Este verano me he ido de viaje. De viaje viaje, con hotel y apartamento. No solo irme a la casa del pueblo (que también). Y es algo muy diferente.  Entre las diferencias que encuentro está la maleta. ¿Porqué? Pues porque cuando estoy en una casa más o menos mía, deshago la maleta y me instalo por completo. «Desparramo» todas mis cosas, por así decirlo. Pero cuando no es mi casa prefiero tenerlo todo a mano, organizado y bien recogido para luego no dejarme nada al irme.

Hasta ahora, eso había sido un caos porque la ropa de la maleta se desordenaba y acababa hecha un «gurruño» desde el primer día y al marcharme tenía que sacar todo y volver a hacer la maleta. Y eso hay que reconocer que es un fastidio. Por eso este año he querido aplicar mi querido método Konmari a la hora de hacer la maleta y como me ha funcionado tan bien he querido compartirlo con vosotros aunque las vacaciones estén acabando.

Lo básico para que una maleta funcione y no se deshaga es tenerlo todo a mano. A simple vista se tiene que poder acceder a todas las categorías de ropa y complementos que llevemos en la maleta. Para ello utilicé el método Konmari para plegar la ropa. Es la única forma que se me ocurre de poder verlo todo. Si no sabéis cómo se dobla la ropa siguiendo este método os lo explico con mucho gusto en un post o un vídeo.

A parte del plegado, es esencial la organización de la maleta. Yo hice tres columnas colocando la maleta en horizontal. En la columna de la izquierda coloqué los pantalones, vestidos y camisetas que quería llevarme. En la columna de la derecha puse los zapatos y las chaquetas y jerséis. Y en el medio acomodé en el espacio sobrante el pijama, la ropa interior y el neceser.

maleta 3

A esta organización se le pueden añadir más espacios. Muchas maletas tienen hueco en la tapa. En mi caso es una pequeña red que no añade mucho, por eso no la utilizo. También quiero matizar que este es mi equipaje para dos semanas en Galicia. Todo dependerá del destino y el tiempo.

Como podéis ver en las fotos, la clave de usar el método Konmari es que la maleta se convierte en un cajón más para guardar la ropa verticalmente. Algo a lo que los que usamos este método estamos muy acostumbrados. Solo hay que sacar la prenda que se desea y guardar la que ya no se vaya a usar más. Ni más ni menos. Siempre en su mismo lugar.

No tiene más misterio. Algunos pensaréis incluso que es una tontada esto que digo, que es lo que todos intentamos cuando cogemos ropa de la maleta normalmente. Pero no lo es.

Cuando la ropa se guarda en horizontal (como se hace tradicionalmente, en pilas de ropa) es difícil acceder a las del fondo sin modificar el doblado o la posición de la ropa que está más arriba. O solo usamos la que está más a la superficie y al final del viaje, cuando deshacemos la maleta nos encontramos con una camiseta arrugada y aplastada por el peso de todo nuestro equipaje metido a presión.

Aunque llegue un poco tarde, espero que la próxima vez que os toque hacer una maleta os animéis a probar a hacerla de este modo. A mi me ha funcionado y lo volveré a hacer el próximo verano añadiendo un nuevo reto: meter el bañador y la toalla, que este año han ido aparte. Por este año ya he conseguido ir con una maleta la mitad de grande que el año pasado y estar más días. Para ello, una vez más, Konmari me ha ayudado mucho. Creo que al viajar es buen momento de pararnos a reflexionar cuantas cosas necesitamos de verdad llevarnos. ¿Es necesario llevar todo el maquillaje que uso? ¿Cuantos modelos diferentes me voy a poner realmente? ¿Necesito tener 6 bikinis?

¿Y vosotros que opináis? ¿Pensáis que lleváis demasiado equipaje?