Gorro Kobuk y como no tejer a ciegas.

El gorro Kobuk es un gorro archiconocido en el mundo tejeril y mi primer proyecto terminado del reto 12/12 para 2019. Y si aún no lo conocías te dejo aquí el perfil de su diseñadora, Caitlin Hunter, que teje cosas verdaderamente bonitas y algunas muy elaboradas. Yo tengo varios de sus diseños en mi lista de proyectos. No sé si algún día tendré tiempo de tejer todo lo que tengo en mente, pero bueno.

Toma de contacto con el gorro Kobuk

¿Por qué elegí este patrón? Bueno, como ya me pasó con el Copenhaguen Calling, fue por culpa de Belén de Tejer en Inglés que en su podcast lo enseñó y yo caí enamorada del resultado. Es lo bueno y lo malo de ver podcast de tejedoras. Que te descubren proyectos que te hacen querer dejarlo todo y dedicarte solo a eso (menudo problema 😉 ).

Es bonito, tiene un nivel de dificultad que para mí resultaba un reto alcanzable si le ponía ganas. Se hace con mohair, que me encanta y tiene un poco de punto de arroz que es mi favorito. Y en invierno, ¿qué puede apetecer más que tejer un gorro calentito?

Aspectos técnicos del gorro

Para tejerlo utilicé:

  • 1 ovillo de Lusso, de Lang Yarn color azul (mezcla de merino, camello, seda y mohair)
  • 1 ovillo de Klompelompe Spøt de Sandnes Garn en color azul (mezcla de merino, alpaca y un poquito de nylon)
  • Agujas circulares de 4 mm.
  • 1 pompón que aproveché de un gorro viejo.

Como siempre os digo, tenéis toda la información detallada en mi hoja de proyecto en Ravelry.

Primeras impresiones

Tejer este gorro fue una aventura de principio a fin.

Para empezar, tejer este gorro era para mi muy especial porque iba a usar las lanas que compré en mi viaje a Berlín. Era mi primera vez con mohair y combinando dos hebras para crear ese efecto tan guay que tiene el mohair como de pelito, pero de forma sutil al usarla junto a una lana «normal».

Además me apetecía un montón el reto de tejerlo. Porque, como se puede apreciar en las fotos, tiene su miga tejerlo. No es especialmente complicado una vez has practicado un poco los puntos, pero si que requiere estar bastante atenta. Por lo menos la parte de los triángulos. Cuando llegas a la parte lisa con las burbujas (bubble en el patrón en inglés o tetitas de gata como les llamaba yo) te puedes relajar un poco.

Yo nunca había tejido algo así. Y me di cuenta tarde de que habría sido mejor seguir el gráfico que las instrucciones escritas. ¿Por qué? Pues porque cuando sigues un patrón SOLO por las instrucciones escritas no tienes una imagen en tu cabeza de cómo tiene que quedar. Que es lo que me pasó a mi. Tejía a ciegas. Tardé mucho más de lo que me gustaría admitir en entender qué es lo que estaba tejiendo. En cambio, si vas mirando el gráfico, vas viendo por dónde vas de la forma que estas tejiendo.

Yo creo que fue por este frenesí de no entender qué tejía y de ir sumamente lenta (porque tejía un punto, miraba el patrón, tejía un punto, miraba el patrón), que no me di cuenta de que no había cambiado a unas agujas más grandes al terminar el elástico.

He ahí mi gran error en este gorro. No cambié de agujas y el gorro quedó muy ceñido. Al final me está bien de tamaño, pero queda ajustado a la cabeza, no tiene esa forma «relajada» de las fotos de la diseñadora. Pero qué se le va a hacer. Me di cuenta cuando ya hacía las disminuciones para cerrar el gorro. Deshacer no entraba en mis planes de ninguna manera.

¿Y a quién quiero engañar? Lo llevo con mucho gusto y orgullosa de mi creación.

¿Qué os parece? ¿Lo habéis tejido o tenéis en mente hacerlo? ¿Alguna tiene alguna anécdota del estilo que quiera compartir? Ya sabéis que en los comentarios podemos hablar de lo que queráis y que me tenéis siempre disponible en mis redes sociales (Instagram y Facebook) donde me encanta ver qué proyectos tenéis entre manos.

P.D. ¿A vosotras también os hace gracia cómo vivimos en el futuro y llevamos semanas hablando de San Valentín y cuando realmente es el día, casi se nos olvida y parece que ya estamos hasta cansados de él? El mundo del marketing es alucinante.